Salud Campeón!

Qué lindo es el fútbol viejo! Qué lindo!
Que lindo cuando el fútbol se convierte en amor. Que lindo cuando el cariño hacía la pelota es tan sincero. De verdad.

Porque cuando se juega con sinceridad y amor se nota, y 30 mil personas gritando desaforadamente de pronto se humanizan.

Cuando hay 30 mil personas aplaudiendo de pie algo pasa.
Cuando una cancha de fútbol se convierte en un inmenso teatro quiere decir que algo realmente está pasando.
Cuando tras el alambrado aparecen rostros arrugados lagrimeando, quiere decir que de verdad, en serio, algo ocurre.
Pasa Huracán que no es Boca, no es River: es justamente Huracán.

Pocas veces el fútbol se humaniza. Pocas veces se reconoce al rival, que por ser rival pasa a ser enemigo. Pero está vez no es así.
Sin duda si Cappa se postula hoy, el 29 asume como diputado.

Porque Huracan significa otra cosa además. Está enmarcado en aquellos equipos que salieron campeones hace mucho tiempo y que las nuevas generaciones pudieron ver solo en fotos o a partir de relatos.

Y qué bueno que la alegría sea compartida. Qué bueno que no siempre ganen los poderosos. Qué genialidad que todavía existan antihéroes como este Huracán.

Qué alegría para el hincha de Huracán. Tanto para el que no lo vio campeón, como para aquel que le enfermó la cabeza a su nieto con relatos de hace treinta años.

Qué lindo que Cappa y Huracán me hayan permitido ser testigo de esto.